sábado, 30 de abril de 2011

El yugo de la tarifa eléctrica


Demoledor artículo de Jesús Mota en El País, totalmente recomendable, que cuenta verdades como puños sobre el absurdo sistema eléctrico español. Está claro que lo que queda de Gobierno no está por la labor de reformar nada en los dos días que les queda de mandato. Y ya veremos que ocurre después de las elecciones generales: una política energética (o la ausencia de la misma) si ganan los mismos, y una más que dudosa posibilidad de reforma si ganan los otros (cuyo ex-líder cobra sueldo de ex-presidente del Gobierno a la vez que otro sueldazo como consejero de Endesa).

a capacidad de gestión de un Gobierno se mide por la rapidez con que identifica los problemas reales de un sistema económico y la presteza en resolverlos. La última subida de las tarifas eléctricas (9,8%), aplicada desde enero de 2011 como respuesta a la subida del precio de la electricidad en la llamada subasta CESUR (la subasta de Compra de Energía para el Suministro de Último Recurso, tótem inapelable que determina cuánto pagan los comercializadores por la electricidad y, en consecuencia, los ciudadanos de a pie) expone ante los consumidores la incapacidad del Ministerio de Industria para identificar las contradicciones de la regulación eléctrica y la indecisión de los servidores públicos para poner fin a un sistema de fijación de tarifas escandalosamente inclinado hacia los ingresos de las compañías eléctricas.
Si el equipo energético de Industria hubiera mostrado una capacidad mínima de respuesta ante la presión de las empresas (las que acampan en el lobby tradicional, como Endesa o Iberdrola, pioneras en prácticas de garduña como los planes de pensiones que garantizan el caviar a la familia hasta la quinta generación, o los nuevos grupos de presión de las renovables), hubiera aceptado el encarecimiento del recibo eléctrico, desde luego, porque el procedimiento legal así lo exige y conviene respetar el principio de que los precios deben reflejar todos los costes; pero en el mismo momento de tan dolorosa aceptación (obligada por principios, podría decirse), tendría que haber anunciado su voluntad de desmontar el sistema actual de cálculo de las tarifas y sustituirlo por otro que refleje mejor la evolución de los precios de las materias primas energéticas en los mercados internacionales.
En 2010 las eléctricas percibieron más de 2.600 millones en beneficios regulatorios
El sistema que regula las subidas del recibo de la electricidad en España incluye como pieza fundamental la mencionada subasta CESUR, que en resumen no es sino una convención de empresas que juegan a subirse los precios durante las fechas y plazos prefijados para calcular el precio final. No se trata de una subasta de verdad, una a la que acuden productores por una parte y compradores por otra, sino que las propias empresas y sus filiales compran, venden y encharcan los precios hasta modular a conveniencia las subidas. Algo parecido a la ruleta de la fortuna en el Far West que el mañoso crupier frenaba o aceleraba mediante un mecanismo pedestre para desplumar a los incautos. Esta subasta de marras es un producto tardío del sucedáneo de mercado eléctrico o rastrillo del kilovatio, ese cacharro manipulable que dejó en herencia el PP tras dos legislaturas de pingües concesiones a las eléctricas y que el PSOE ha sido incapaz de desmontar en dos legislaturas. Las promesas de liberalización han resonado durante dos lustros sin que se haya podido conseguir algo tan simple como la separación de la propiedad entre generación y comercialización, la condición cardinal, sobre la que debería pivotar cualquier hálito de liberalización.
Desde 1998 la única tarea de las empresas reguladas ha sido acumular derechos reconocidos de retribución (cuyas consecuencias se conocen como déficit de tarifa) y hostigar a la Administración (Industria, Hacienda, Economía) para que se titulicen esos derechos al precio que sea, con la seguridad de que los sobrecostes y gabelas financieras caerán como un rayo sobre los bolsillos de los consumidores. El truco para esculpir tales derechos en el recibo de la luz se esconde detrás de la confusión entre costes reconocidos (montados sobre una ficción de precio de mercado, es decir, del mencionado rastrillo y de la campanuda subasta CESUR) y costes realmente incurridos. Las compañías eléctricas tienen en su mano elevar los costes o precios reconocidos. Pero lo que debería contar son los costes realmente incurridos, desconocidos por la opinión pública y (es de temer) por el Gobierno. Por esa razón la trivial proclama del consejero delegado de Endesa, Borja Prado, pronunciada con enfática seriedad, de que el Gobierno tiene que subir los precios de la electricidad para acabar con el déficit de tarifa, se merece como respuesta que la mejor manera de acabar con el déficit es que las empresas dejen de fabricarse e inflarse derechos reconocidos utilizando las grietas de la regulación. O que el Gobierno se lo impida, algo de lo que, al parecer, es incapaz. De la misma manera, la petición de que los precios de la electricidad sean liberalizados que repite el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez, merece una precisión: ¿esa liberalización debe hacerse antes o después de que el agua que utiliza Iberdrola para producir la electricidad sea pagada por la compañía a precio de subasta pública, en beneficio de los españoles que son propietarios del recurso, y no en régimen de concesión benéfica de la Administración a la empresa, como hasta ahora? Si no saben comprar, vender ni competir, ¿cómo piden liberalización?
Si esa cantidad se hubiera deducido a las compañías, la subida de tarifa del 10% no hubiera sido necesaria
Unos sencillos cálculos demostrarán además que el déficit de tarifa, esa inflación de derechos reconocidos que se aproxima ya a los 20.000 millones de euros, es un tigre de papel si el Gobierno actúa en función de los intereses de los consumidores y no, como hasta ahora, capturado por la neurosis de proteger la cotización de las empresas. Veamos qué sucede con las centrales nucleares. Sus costes de operación y mantenimiento declarados por el Foro Nuclear se situaron en 2010 en torno a los 20 euros por megavatio/hora (Mwh). Pero el precio final que ha recibido la producción nuclear, como consecuencia de que la electricidad se retribuye al precio marginal (en este caso, el precio de los ciclos combinados) fue de 42,13 euros Mwh; la diferencia, 22,13 euros, multiplicados por 67.787,7 gigavatios/hora (Gwh) producidos el año pasado arroja un beneficio espurio (windfall benefit) o indebido de 1.367,4 millones. Un cálculo similar ejecutado con la producción hidroeléctrica demostraría que los costes variables realmente incurridos apenas llegan a los 9 euros Mwh; descontados de los 42,13 euros Mwh retribuidos y multiplicada la diferencia por la producción de 38.738,5 Gwh, el windfall benefit durante el año pasado llegaría a los 1.283,4 millones. En resumen, en los costes de tarifa correspondientes a la producción hidráulica y nuclear se ha incluido un exceso de 2.650,8 millones en costes reconocidos sobre los realmente incurridos. Si se retira de los ingresos de las compañías esa cantidad percibida indebidamente, los consumidores no hubieran tenido que pagar una subida de tarifas del 10%.
Este es un ejemplo de lo que le cuesta al ciudadano el mantenimiento de una regulación perversa que debería haberse dinamitado en 2004. Por no mencionar el caos de las concesiones autonómicas de plantas eólicas, fotovoltaicas o solares, cuya desordenada aplicación en el sistema ha desplazado a los ciclos combinados sin que los consumidores tengan la electricidad más barata y perjudica la recuperación financiera de las plantas, calculada sobre una producción anual de 6.000 horas, cuando en realidad solo operaron el año pasado durante algo menos de 3.000 horas.
La responsabilidad política del desorden energético post PP (que fue quien lo creó) tiene nombres. En vanguardia, José Montilla, Joan Clos y Miguel Sebastián, ministros del ramo, sin interés, sin capacidad o sin poder político para reformar el mercado eléctrico. En cuanto a los secretarios de la Energía, figuran como réplicas de los morlocks de Wells (en particular Pedro Marín y Fabrizio Hernández), puesto que ni salieron ni salen a la luz pública para explicar la política energética, si es que existe. La Comisión Nacional de la Energía (CNE), amueblada con un Consejo sin capacidad política y huérfanos los más de sus consejeros de la debida cualificación económica o técnica, también ha cultivado el dolce far niente de que tocar la regulación es fatigoso (sobre todo cuando no se sabe cómo hacerlo) y genera enemistades entre los regulados, más agresivos en España que los reguladores.
Estaba en manos de los Gobiernos de Zapatero reformar la regulación eléctrica, liquidar el déficit de tarifa y drenar esos beneficios indebidos en la producción nuclear e hidroeléctrica para entregarlos en la Hacienda pública o evitar el encarecimiento de la luz, que todo viene a ser lo mismo. Si el PP llega a gobernar en marzo de 2012, bastará con que imponga una tasa de 2.500 millones a la producción hidroeléctrica y a la nuclear para superar la gestión del PSOE. El Ministerio de Industria, que debería haberse planteado como un Ministerio de Energía, parece hoy una sombra indecisa y claudicante. Presenta una patología sin precedentes de ridículo administrativo durante dos legislaturas.
Fuente: El País

jueves, 28 de abril de 2011

¿Quién teme a la electricidad fotovoltáica?


Interesante artículo en el que se trata el esperado régimen de producción fotovoltaica para autoconsumo (el famoso net metering). La percepción del periodista que lo escribe coincide plenamente con la de todos los que luchamos por la generación limpia y la eficiencia energética: algo huele mal en este tema, del que hay un borrador de Real Decreto desde hace muchos meses. ¿Está también el lobby eléctrico detrás de este “conveniente” retraso?
uién teme a la fotovoltaica en España? La pregunta es pertinente, vistos los obstáculos que está teniendo esta fuente de energía. Alemania instaló 20 veces más potencia fotovoltaica que España en el año 2010 -pese a su menor radiación solar-, al haber dado entrada a la participación ciudadana en este modo de producción eléctrica. El Ministerio de Industria español anunció hace ochos meses la aprobación de un real decreto que abriría la puerta al autoconsumo de la solar fotovoltaica. Sin embargo, esta idea, por ahora, sólo es una promesa. ¿Quién bloquea la fotovoltaica?
En el ámbito doméstico, el sistema actual está concebido sólo para que el dueño de un tejado solar venda la electricidad a la red (a cambio de una remuneración con prima) pero no puede consumir esta energía limpia en casa, pues la que necesite debe comprarla a la compañía comercializadora en la red. Con esta fórmula, las compañías comercializadoras siguen siendo las intermediarias clave del sistema.
Mientras tanto, los últimos años se han creado las condiciones para una mayor expansión de esta energía, sin necesidad de intermediarios: 1), los precios de instalación de las placas fotovoltaicas son más de un 50% más baratos que hace dos años; y 2), en tres o cuatro años, en diversas zonas del país, ya será más barato instalar placas fotovoltaicas para autoconsumo que comprar la electricidad como ahora a la empresa comercializadora. La energía obtenida así es más barata porque el consumidor se convierte en productor y evita los extracostes del sistema eléctrico (incluida el déficit tarifario histórico).
Los impedimentos actuales están favoreciendo a las compañías eléctricas y de gas
En este contexto, los productores de placas fotovoltaicas han depositado las esperanzas de despegue en las instalaciones para el autoconsumo, sobre todo después de que la drástica reducción de primas acordada por el Gobierno para las huertas solares haya reducido las inversiones. Fruto de esta insistencia, el Ministerio de Industria se avino a abordar el autoconsumo de electricidad fotovoltaica.
Con la fórmula ideada, el ciudadano produciría y consumiría la electricidad fotovoltaica y entregaría los excedentes a la red. La electricidad sobrante no sería vendida a la red, sino que se compensaría haciendo un descuento en la factura del abonado. El deseo de Asif es que quien tenga un tejado fotovoltaico pueda aprovechar esa energía en su propia casa, y que inyecte a la red la electricidad sobrante o excedentaria. La electricidad excedentaria entregada a la red no recibiría remuneración, pero cada kilowatio verde que se inyecte daría derecho a consumir un kilovatio gratis procedente de la red cuando fuera necesario.
Pero la normativa se está retrasando, lo que ha provocado las quejas de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (Asif), cuyos socios temen que haya una mano negra.
“Los impedimentos actuales están favoreciendo a las compañías eléctricas y de gas”, dice sin tapujos José María Vélez, presidente de la Asociación de Energías Renovables. “No es lógico que para instalar un tejado solar de 2 o 3 kilovatios de potencia fotovoltaica tengas que hacerte productor, convertirte en empresario y pedir permiso de conexión a la red, pues, por ejemplo, cuando conectas la lavadora o el microondas no tienes que pedir permiso”, se queja Vélez.
Actualmente, quien quiera instalar un pequeño tejado fotovoltaico está obligado a efectuar una larga tramitación, a obtener las autorizaciones y hacer un seguimiento de la facturación, lo que desmotiva a los particulares. Precisamente, la normativa paralizada debía servir para facilitar la conexión a la red de las pequeñas instalaciones renovables reducir esta burocracia y facilitar la conexión de estas instalaciones.
Tomás Díaz, directivo de Asif, sostiene que el crecimiento fotovoltaico choca con los intereses de las eléctricas tradicionales. “Cada kilovatio verde de autoconsumo es un kilovatio que dejan de comercializar. Cada kilovatio fotovoltaico entregado en la red desplaza un kilovatio producido con tecnología convencional”, agrega Díaz.
En España, hacia el 2015 la producción de un kilovatio hora fotovoltaico será más barata que lo que cueste un kilovatio de la compañía eléctrica
“Si el consumidor se convierte en productor, las compañías eléctricas verán reducida su facturación; el usuario no comprará la electricidad a una térmica o a una nuclear, sino a sí mismo”, recuerda David Pérez, de la consultora Eclareon. Este especialista manifiesta que aún no está nada claro de qué manera el Gobierno concretará el autoconsumo, aunque una descentralización de la producción eléctrica cambiaría el actual modelo. David Pérez subraya que la normativa que prepara Industria regula especialmente las conexiones de estas pequeñas instalaciones a la red, mientras que la regulación sobre el autoconsumo debería afrontarse después.
Asif pide poder fomentar el autoconsumo con el argumento de que los costes de producción eléctrica con placas fotovoltaicas están bajando (se han reducido más del 50% los dos últimos años), de manera que quien instale un tejado solar pronto estará en condiciones de poder obtener electricidad a un precio más barato que si la compra a la red, dice Tomás Díaz, directivo de Asif. Concretamente, “en España, hacia el 2015 la producción de un kilovatio hora fotovoltaico será más barata que lo que cueste un kilovatio de la compañía eléctrica”, dice Díaz.
“La Administración prevé unos precios del mercado eléctrico en el año 2020 cercanos a los 90 euros/MWh, con lo que en esa fecha algunas de las tecnologías más maduras, como la eólica, serán competitivas en términos de retribución media”, dice Magdalena García, de Acciona Energía.
Fuente: La Vanguardia vía MadrI+D

miércoles, 27 de abril de 2011

Esqueleto de mamut en Serbia

El esqueleto bien preservado de un mamut de aproximadamente un millón de años de antigüedad fue desenterrado en el oriente de Serbia, dijeron arqueólogos.
El descubrimiento fue realizado durante una excavación hace dos días en una mina de carbón a tajo abierto cerca de la planta eléctrica de Kostolac, Miomir Korac, del Instituto de Arqueología de Serbia.
El esqueleto fue hallado a 27 meros de profundidad, dijo. El mamut tenía más de 4 metros de altura, cinco de largo y pesaba más de 10 toneladas.
"Está muy bien conservado, con apenas leves daños en al cráneo y los colmillos'', le dijo Korac a la AP. "No ha habido importantes movimientos tectónicos en el área en al menos un millón de años''.
Korac dijo que el esqueleto era del llamado mamut del sur –mammuthus meridionalis–, originario del norte de áfrica. Expertos continuarán investigando para descubrir más detalles del ambiente en que vivió.
Otro esqueleto de mamut, de un período mucho más tardío, fue descubierto en una fábrica en Serbia en 1996 y nombrado Kika.

domingo, 24 de abril de 2011

Pen drives curiosos

Cada día nos sorprendemos más con las cosas que se inventan y con la diversidad de objetos electrónicos con los que contamos.
Muchas veces las empresas los personalizan para que cada persona pueda elegir el que más le gusta o el que va más acorde a su personalidad.
Pues hoy queremos enseñarte una amplia gama de pen drives que seguro que te van a dejar boquiabierto.
Y,dinos, ¿Cuál escogerías?