
Y si bien después muchos de esos inventos se han vuelto populares y los usamos hasta el día de hoy, casi nadie se pregunta cómo es que a alguien se le ocurrió inventar una cosa como ésa.
En esta serie, queremos explorar este tema y re-descubrir aquellas cosas que nos parecen simples, pero que en realidad no lo son tanto y requirieron bastante ingenio para ser creadas. Partimos con uno sencillo: el lápiz grafito.
Todos hemos usado lápices grafito o “lápiz mina”, para dibujar o hacer cálculos en el colegio, para marcar maderas en carpintería, etc. La ventaja es que se puede borrar del papel si te equivocaste en el cálculo. Y aunque parece que es una cosa muy simple, el lápiz grafito no existió como lo conocemos hasta 1795, y su creación estuvo poco relacionada con el ámbito artístico: fue creado durante la guerra.
Muy bueno.
ResponderEliminarOjlá nos despertemos un día diciendo todos, que vamos a mejorar el mundo...